miércoles, 16 de mayo de 2012

Cartas a Jordi: Tres falacias económicas.


Buenos días, Jordi,
Llevas/llevamos clamando que se reordene la presión fiscal e impositiva, desde hace más de una década.
La recaudación impositiva es necesaria, y debe tender a la equidad.
Las transferencias de riqueza entre clases o grupos sociales, se ha difuminado, o más bien, se ha resquebrajado. Los ricos, lo son mucho más, y por el camino han quedado aspirantes a ello, y algunas personas que desconocían su verdadera naturaleza.
Las clases medias, seguimos siendo el grueso del pelotón, y entre la cabeza y el final, se produce un adelgazamiento y estiramiento del pelotón, como cuando se sube un puerto de montaña.
Los derramages son continuos, y los desfallecimientos (pájaras) cada vez más frecuentes.
A pesar de todo, seguimos viendo vehículos de alta gama, con matriculaciones muy recientes. El dinero retoma posiciones, refugiándose en valores seguros: compra arte, compra oro, compra joyas, compra deuda pública europea, compra inmuebles cuando considera que ya ha depreciado suficientemente su precio inicial, manteniendo su valor intrínseco. Y sigue recogiendo plusvalías, a través de sus sicav, o a través de su negocio.
Algunos echamos en falta una rebaja de los privilegios salariales y dinerarios que se auto-conceden la banca y las cajas (créditos a interés cero, pagas de ¿beneficios?, reparto de dividendos, rebaja de indemnizaciones por fin de relación de directivos, vehículos de empresa, yates de empresa, chalets de empresa, …).
El dinero del Banco Europeo, lo utilizan para sanear sus cuentas y solo en último caso, conceder créditos con un diferencial de más del 12 %.
Austeridad, sí. Racionalización también.
Quienes criticaban con crudeza los intentos de reconducir la acción contra la gran crisis que se nos había venido encima (y también producido o generado), ahora actúan mucho más descontrolados, y dando bandazos, como elefante por cacharrería, destrozando todo lo que ideológicamente, les parece contrario a su intereses.
-         amplían las ratios de aula/alumno, con lo que la calidad en la escuela pública, se deteriora, y sólo beneficia a la ‘privada concertada’ que a igual coste, incrementa en el mismo o mayor porcentaje sus beneficios (al ya estar subsumidos en el criterio anterior los costes fijos).
-         Eliminan unidades sanitarias y efectivos en los centros de salud y hospitales (caso Alzira o Denia – con Gestión Privada-) en los que sobre haber acordado con la administración un presunto precio justo de ‘concesión administrativa’, ahora se descuelgan reduciendo muy interesadamente sus costes, e incrementando más si cabe sus pingues beneficios. Tal vez intentando con ello, compensar la mora en el pago de la Administración Autonómica.

Seguimos sin atajar de una vez una verdadera Ley de Incompatibilidades, en la que restrinja ese cruce de intereses a la hora de planificar y gestionar los recursos públicos. Ya está bien de las muchas excepciones que se auto-adjudicaron quienes en su día pactaron la ley: profesionales liberales (abogados, médicos, farmacéuticos, ingenieros, arquitectos,…), profesores y maestros, … Está más que demostrado que no tienen el don de la ubicuidad, y por tanto difícilmente podrán atender adecuadamente sus responsabilidades profesionales, o sus cargos públicos, estando en más de un puesto a la vez.
Tal vez así, se programarían más racionalmente los quirófanos, las citas y listas de espera, las compras de material, la evacuación de informes, etc…

¿Quién se responsabiliza política y económicamente por la creación de toda esa serie de sociedades y fundaciones opacas, que al olor del dinero público se han creado desde hace años, actuando como parásitos y rémoras, y que hoy por DECRETO desaparecen ante al absurdo de su existencia, y la insostenibilidad del lastre presupuestario que suponían. ¡Cuan estómago agradecido va a tener que operarse un balón gástrico!.
Bon apetit!!!

publicat en: blog Jordi Sevilla, comentarios