martes, 21 de julio de 2009

Cartas a Jordi: “Chequera y reformas institucionales."

(insertat en http://blog.jordisevilla.org/2009-07-19/chequera-y-reformas-institucionales-publicado-en-mercados-de-el-mundo/)
1ª parte
De siempre he tenido claro que mandar o gobernar tirando de talonario, lo sabe hacer todo el mundo. Tirar del cajón de la caja, es muy sufrido y demasiado socorrido. Todo esto se “soporta” mientras el flujo monetario es alto, y por más sisas que se realicen a la caja, no implica un descenso sustancial del caudal financiero. Pero, mira per on, la sequía ha llegado a nuestros territorios, y ni el ‘niño’, ni la ‘niña’ sirven para justificar el descenso drástico del caudal económico y financiero.
Y para más ‘inri’, en vez de realizar tareas de repoblación y reforestación, quemamos las naves, con inservibles e infructuosas aparentes devoluciones, que en nada sirven para paliar la sequía, y nos dedicamos a construir rotondas y a parchear calles, para que circulen los vehículos sin gasolina de los contribuyentes.
Si como dijo alguien en templo sagrado … aquí en la tierra, como en el cielo,… es verdad que lo que tengamos que hacer, va a tener que ser el esfuerzo, tanto en España, (o mejor dicho, en Occidente), como en los Estados Unidos de Norteamérica (por occidente), como por India, China, Japón, etc… (por Oriente).
La situación de partida es diferente según el país del que partamos. Y, aunque algunos síntomas sean comunes, no podemos actuar cada uno a su albedrío, disolviendo yoduro de plata en las nubes, para provocar la lluvia. Si lo que hace el uno, neutraliza los esfuerzos del otro, vamos por mal camino. Y si no actuamos a fondo, sobre nuestros propios y característicos síntomas, estaremos convirtiendo un resfriado en neumonía.
¿Cuánto dinero público se ha destinado en todos los diferentes planes de los gobiernos de España a inversiones productivas, en tecnología, innovación, mejora de las infraestructuras del trasporte y la logística, formación profesional ocupacional y continua, apoyo a la investigación, mejora de las redes comerciales e industriales, …?. Digamos que, con suerte, no llegan ni al 10 % de los recursos públicos destinados a noquear presuntamente los efectos de la crisis.
Si no actuamos sobre las causas, difícilmente podremos curar. Y si no rehabilitamos las funciones de los órganos dañados, no podremos recuperar la movilidad necesaria para ser ágiles y efectivos en nuestras defensas.
¿Cuántos kilómetros cuadrados de bosque reforestado, o de parques empresariales, o de laboratorios de investigación, o de kilómetros de tendido de telecomunicaciones, o de hectómetros cúbicos de agua depurada, y embalsada, se han desarrollado en los últimos 12 meses?
¿Cuántos ‘becarios’ científicos se han incorporado al campo de la investigación, y en qué condiciones, en los últimos 12 meses?
¿Qué porcentaje de nuestro Producto Interior Bruto dedicamos a investigación, innovación y desarrollo?
2ª parte
¿Cuántos bolsos, o corbatas, o trajes, o relojes, o coches, Louis Vuiton, Loewe, Hermes, Armani, Channel, Cartier, Benley, Lexus, Lotus, …. Suponen la única inversión de valor añadido realizadas en manos de algunos de nuestros gobernantes?
Patrimonio del Estado, y Hacienda parece que miran para otro lado, porque… ¿se han declarado estas retribuciones en especie, o dádivas honerosas?.
Un poquito de por favor… que ese ¼ de la población extrañamente aletargada en el sueño de lo graciable, las lisonjas, y el festín, parecen no aterrizar ni en su ‘Aeroport de Castelló’, otra pifia que pagamos todos los ciudadanos de nuestros roídos bolsillos.
Menos monumentos al derroche, menos faraones, menos arreglitos a los amiguetes, menos expolio de lo público, menos chollos pa’ los colegas, menos hinchar las facturas y las comisiones por servicios.
Todo está inventado, todo está en los libros, y algunos en las biografías de los mayores timadores y sinvergüenzas de la historia. Espabilados, listillos, beneficiados, truhanes, ladrones, vividores, sinvergüenzas, estafadores, piratas, saqueadores, expoliadores, mangantes, etc’ son solo algunos de los calificativos de esta tormenta de advenedizos y presuntos, que se escudan con las armas del estado de derecho, para buscar fines ilícitos.
¡Caña al mono!
Érem pobrets i dormíem calentets! I el pel ens el pren el barber!