martes, 13 de julio de 2010

Cartas a Jordi: "La Constitució i L'Estatut de Catalunya".

De mis padres llevo en la memoria el ‘no mirar hacia atrás’. Lo pasado, pasado, y seguir hacia delante. Aunque en algún apartado L’Estatut de la II República Española, fuera o fuese más o mejor al actual (incluso con sentencia al hombro); también deberíamos sopesar que aquella sociedad no es la actual, como tampoco la actual sociedad española y catalana, son las mismas a fecha de hoy.
Con esa manía igualadora y niveladora, que como si se tratase de una apisonadora asfaltando una calle, se empeñan algunos sectores políticos de la sociedad, no se puede vertebrar una correcta red de comunicaciones.

Este paisaje tiene montañas, ríos, valles, vaguadas, vados, acantilados, cimas, simas, y oquedades; y todos estos paisajes con sus características e idiosincrasia son inigualables e insuperables, pero lo que no podemos por más que a algunos les pese, es repetir el mismo paisaje por todos lados.

Si en toda la costa repetimos el mismo paseo marítimo, las mismas edificaciones, los mismos jardines, los mismos baches en la calzada, y las mismas aceras. ¿Sabrá el ciudadano dónde se encuentra? ¿Verdad que parece absurdo ese tratamiento igualitario llevado a la máxima expresión?

Si algunos optimizan sus recursos, los cuidan, aprovechan y/o conservan, no podemos ni debemos penalizarlos, como tampoco a quien decida lo contrario, premiarlo o sancionarlo.

Debemos respetar una holgada orquilla entre los distintos pueblos y territorios que conforman el panorama nacional.

De este modo, el ciudadano sabrá a quienes quiere parecerse, y por contraste o comparación, valorar qué, cómo y de que manera sus propios gobernantes, están haciendo los deberes.

Personalmente, estoy hasta ‘los mismísimos’ del tan reiterado “agravio comparativo”, que tanto rédito da a algún sector político, y que intentan esconder una real incompetencia y necedad con los dineros públicos y su gestión. ¡Ya son más de 30 años, para ir mirando hacia atrás! Si existía herencia, ya se la han pulido los herederos.
El punto de arranque, la parrilla de salida fue un 6 de diciembre de 1978. Y desde entonces hasta nuestros días hemos cumplido la mayoría de edad ‘32 quintaes’. El grueso de la población en edad de trabajar y sostener el sistema de pensiones, el sistema de la seguridad social, y de levantar este país de la recesión y de la crisis sistémica. (aunque probablemente los responsables, se encuentren fuera de dicha generación).