(insertat en: http://www.leirepajin.com/) Buenas tardes, Leire
Los sonidos que irradia el diapasón del Partido Popular en asuntos de la importancia de Caja Madrid, pasan por haber modificado y condicionado la legalidad vigente, adaptándola a las necesidades internas e intereses propios de un grupo o lobby de presión que actúa desde el paraguas económico y/o político, sobre las voluntades de miles de empresarios, y de miles de ciudadanos a través de dónde efectúen o no sus inversiones, o sus apoyos o avales financieros. El Sr. Blesa, ha mantenido una guerra titánica, por separarse de la influencia política a la hora de gerenciar los intereses de muchos ciudadanos (no solo madrileños), poniendo en un verdadero brete hasta qué punto las Administraciones deben o no ser decisorias y decisivas sobre los intereses de una Caja, en la que lo ciudadanos tienen depositados sus ahorros y su confianza.
Una cosa es decidir o condicionar la ‘acción social’ de las Cajas, y otra bien distinta, querer mangonear y utilizar a sus equipos directivos, como meras figuras de títeres, de los intereses propios, que no del interés general. O es que la familia de la señora presidenta de la Comunidad no tiene intereses económicos, empresariales y urbanísticos, que necesitan o pueden servirse (si no se sirven ya) de los recursos financieros de una de las principales cajas de ahorro de España.
Y el Ayuntamiento de Madrid, por la cuota de poder que le corresponde, tampoco se queda a la zaga.
Las leyes las hacen los hombres, y las mayorías conforman su texto a su imagen e interés. Que para ello, ambos dos tienen su batuta muy, pero que muy afilada.
Un abrazo desde Xàbia.
Los sonidos que irradia el diapasón del Partido Popular en asuntos de la importancia de Caja Madrid, pasan por haber modificado y condicionado la legalidad vigente, adaptándola a las necesidades internas e intereses propios de un grupo o lobby de presión que actúa desde el paraguas económico y/o político, sobre las voluntades de miles de empresarios, y de miles de ciudadanos a través de dónde efectúen o no sus inversiones, o sus apoyos o avales financieros. El Sr. Blesa, ha mantenido una guerra titánica, por separarse de la influencia política a la hora de gerenciar los intereses de muchos ciudadanos (no solo madrileños), poniendo en un verdadero brete hasta qué punto las Administraciones deben o no ser decisorias y decisivas sobre los intereses de una Caja, en la que lo ciudadanos tienen depositados sus ahorros y su confianza.
Una cosa es decidir o condicionar la ‘acción social’ de las Cajas, y otra bien distinta, querer mangonear y utilizar a sus equipos directivos, como meras figuras de títeres, de los intereses propios, que no del interés general. O es que la familia de la señora presidenta de la Comunidad no tiene intereses económicos, empresariales y urbanísticos, que necesitan o pueden servirse (si no se sirven ya) de los recursos financieros de una de las principales cajas de ahorro de España.
Y el Ayuntamiento de Madrid, por la cuota de poder que le corresponde, tampoco se queda a la zaga.
Las leyes las hacen los hombres, y las mayorías conforman su texto a su imagen e interés. Que para ello, ambos dos tienen su batuta muy, pero que muy afilada.
Un abrazo desde Xàbia.