Algunos crecimos con el 'consenso', y nos pareció normal que para tomar decisiones, se tuviera en cuenta la opinión de los demás. No teniamos entonces ni edad para votar, ni sabíamos muy bien en que consistía la democracia. De la dictadura y el mensaje único, solo nos queda la supresión de los dibujos animados, con la muerte del dictador, y aquello de que grande y libre, era porque cabían todos, y se era libre para irse...
A pesar de pedir todos los partidos mayoritarios en cada proceso electoral, la mayoría absoluta para gobernar, soy del convencimiento, que ésta no es la mejor de las soluciones, por la simple razón, de que los españoles somos muchos y de diverso opinar.
Todavía necesitamos demostrar que somos capaces de decidir, respetando y oyendo a nuestro contrincante político. Desde el respeto a las opiniones. Desde el reconocimiento a sus planteamientos, y desde la voluntad de conformar decisiones que engloben al máximo de exponentes.
Nuestra democracia ha demostrado varias veces destellos de madurez, pero sus protagonistas, no siempre han estado a su altura. A la altura que esperabamos muchos españoles.
En democracia son tan importantes las formas como el fondo. Y creo que todos agradecemos que se desatasquen los cauces de comunicación.
Al menos oigámonos. Y si es posible, actuemos en consecuencia después de saber y conocer la opinión del otro.
Bienvenidos a la banda ancha.