jueves, 25 de noviembre de 2010

Cartas a Jordi: "La recesión ya no es mundial"


Del caso dramático irlandés, sacamos alguna que otra conclusión:
-         Que si en Europa se tributa de forma desigual, desigual van a ser las relaciones entre los diferentes Estados y territorios integrantes.
-         Que falta un pacto global sobre aquellas competencias que debe garantizar el Estado, y su Unión.
-         Si compartimos un mundo global en las comunicaciones, en los mercados, en la ciencia y la investigación, en el mundo del conocimiento; tal vez, también deberíamos asumir realidades y regular las manipulaciones que desde el anonimato de ese mismo mundo global, acechan y amenazan las economías domésticas de millones de ciudadanos.
-         Que algunas empresas y sociedades disponen y generan una riqueza igual o mayor que muchos países en los que están presentes. La diferencia es que no se gobiernan por reglas democráticas, y mucho menos acordes con los principios y valores de la sociedad en su conjunto. Y evidentemente están bastante lejos de todas aquellas garantías que la humanidad ha ido pactando, estableciendo en multitud de convenciones y protocolos. ¡Hay si Rouseau levantase la cabeza! Cuan lejos está aquel frontón en el que se enarbolaba la declaración de derechos del hombre.

Más Humanismo, y menos Mercantilismo.

Un abrazo, y me despido para preparar el baño de mi pequeña.