lunes, 14 de julio de 2008

Cartas a Pepe Blanco: "Invertir en paz para el Mediterráneo

(insertado en https://www.blogger.com/comment.g?blogID=34392934&postID=6434808417023163591) Es de agradecer el encabezamiento del artículo "invertir ...". La diferencia entre 'inversión' y 'gasto', es importante hacerla más cercana a la sociedad.
Invertir significa aportar recursos económicos, humanos, culturales, empresariales, etc... con la finalidad de crear un tejido humano, empresarial, económico, educativo, cultural y social que a su vez ayude a generar riqueza, bienestar, y calidad de vida entre los ciudadanos (ribereños, sin olvidar al resto).
Gasto sería en este contexto, todo aquello, que ante la inoperancia de las administraciones y naciones, se tienen que dedicar recursos para remediar la pasividad demostrada hasta la actualidad. Como por ejemplo, servicios sanitarios para naufragos, repatriación de seres humanos a sus paises, más vigilancia en las costas, etc... todo aquello que no aporta inputs, sino que simplemente nos sirve para calmar nuestras conciencias (pobrecitos ...),o tranquilizar nuestras maltrechas fobias (esos desarrapados ...).
Debemos distinguir por tanto inversión de gasto. Y siendo muy, pero que muy egoístas, poner los medios para que todos nuestros vecinos, mejoren en su situación, en su calidad educativa, sanitaria, cultural, económica y social. Necesitamos tener buenos vecinos, no sólo en nuestra calle, urbanización, finca, sino también en las comarcas que se encuentran frente al campo de Gibraltar, y de allí al resto. Si debemos priorizar, y establecer una estrategia, parece razonable, empezar con aquellos territorios y pueblos con los que tenemos un común en la historia. Podemos ver multitud de yacimientos romanos en el norte de Africa (Túnez, Libia, Egipto, Marruecos,...), y en Asia (Siria, Libano, Turquía,...). Una cultura común. Sin olvidar que no hace tanto de Al-Andalus. Y tampoco olvidar que casi todos los paises europeos, tenemos una deuda con el mundo de la etapa 'colonial'.
Deberemos cambiar a un modelo cooperativo, y de colaboración. Las decisiones deben partir de los países, sin ingerencia de otros, y sólo operando desde la esfera del respeto y la soberanía de los pueblos.