domingo, 10 de enero de 2010

Cartas a Pepe Blanco: "Una sentencia de antes de ayer".

(insertat en: http://www.elcuadernodepepeblanco.com/?p=71&cpage=2#comment-1436) Solo por el hecho de escribir o declarar que el ser humano es libre, no se consigue su libertad.
Solo por el hecho de abominar de los corruptos y falsos, no se purifica el mundo.
Solo por el hecho de estar el mensaje en un graffiti de una pared, en la contraportada de un anuario, o en la enciclopedia británica, deja de ser más o menos verdadero.
Denuncia social, o el llamado derecho al pataleo, o simplemente el desahogo de sacar de nuestras entrañas aquello que nos hace sentir mal; todo ello, o parte, no cambiará el mundo, es verdad. Pero ayuda a crear el clima que lo favorezca.
Tú y yo, y los demás, sabemos quienes somos y el porqué de nuestras experiencias, o no.
El ser humano se distingue de otros seres, entre otros rasgos, por su capacidad de comunicación, y de difusión del conocimiento y la información. El modo de expresión no altera en esencia su razón de ser. Todo mensaje pasa a ser información desde el momento que un receptor lo codifica e interpreta. Los mensajes lanzados a la estratosfera, no lo serán si no son recogidos por nada. Si no son interpretados y decodificados por algo. De igual modo, podremos entender que la libertad de expresión se estará ejerciendo siempre que sea susceptible de ser captada o tratada o descifrada y produzca un impulso cerebral que permita al menos su aceptación, su negación o su crítica.
Y además, nadie está obligado a leer aquello que no quiere, ni a compartir las ideas de que difiere.
¿Es culpable la desnudez de la información, o la perversión de los ojos de quien la lee?

Un abrazo libre y solidario con todas las personas que diariamente escribimos y/o participamos de este espacio de ‘libertad 2.0’.