jueves, 29 de octubre de 2009

Cartas a Jordi: " Vómito pposmoderno".

(insertat en: http://blog.jordisevilla.org/2009-10-27/vomito-pposmoderno/)

No son tablas. Las figuras han cambiado de ‘rol’, el alfil se desliza con los movimientos de la torre, la torre, da saltos intermitentes, el caballo avanza de cuadrícula en cuadrícula, el peón no tiene quien le mande, la reina se fugó con un holgazán, y el rey, escamoteado, se refugia en su castillo de naipes.

Alguien ha equivocado el juego.

Rafael Blasco, sube y baja en horizontal y vertical, cuando lo suyo es en diagonal; El señor Cotino, da saltos intermitentes entre intermitentes conselleries, arrastrando el largo lastre familiar y contractual; Don Vicente Rambla, arrambla de paso en paso, poco a poco, sin dejar de mirar hacia atrás, porque Don Esteban Gonzáles Pons, se ha fugado hacia Madrid, y el Molt Honorable, se entretiene en el desván del Palau de la Generalitat, o ¿será más bien un castillo de fuegos artificiales de Caballer.?.

La institución perdió su dignidad, y en vez de representar a l@s valencian@s, solo nos representa que quebraderos de cabeza, déficit, mala gestión, amiguismos, maletines danzarines, cinturones de marca, jueces sin conciencia, y un gran corte de mangas de todo el pueblo a sus “representantes”.

Para este viaje, sobraban alforjas, querido Sancho…”. Dulcinea era un sueño, y el sueño, pesadilla.

Buenas tardes, y pasaremos al parchís

Cartas a Jordi: "La tasa de malestar general."

(insertat en: http://blog.jordisevilla.org/2009-10-26/la-tasa-de-malestar-general-publicado-en-mercados-de-el-mundo/ ). Buenas tardes/noches, Jordi, no es por llevar la contraria, pero algunos agentes sociales, sí se presentan a las elecciones. Miles de delegados sindicales, se juegan día a día sus puestos de trabajo por poder llevar políticas respetuosas con el trabajador y con sus condiciones de trabajo, intentar llevarlas adelante en pequeñas empresas, que no se pueden permitir ‘liberar’ a ningún delegado, sino que es a costa de su tiempo, de su familia, y de su sueño.
Aho9ndando en la división del trabajo, la estratificación social y laboral, y la segmentación del mercado de trabajo; comparto con tus razonamientos bastantes puntos.
Lo malo es que ya llevo oyéndolos desde que pillé mi primera gran crisis económica (años 90), y todavía estamos en las mismas. (y entonces además tenía pendiente de decidir por el Gobierno, dónde y cuando realizaría la ‘prestación social sustitutoria (otra cruz, -o el servicio militar obligatorio- que deo gracias, ya no tienen que sufrir los jóvenes de hoy en día).
Desde la negociación colectiva, se puede razonablemente, plantear por ejemplo:
- jornadas de hasta 5 horas diarias, que nos pueden evitar interrupciones de descansos, y que recogen una mejor calidad, capacidad y rendimiento en el trabajo.
- Ampliar el tiempo de atención al cliente (hipers, supermercados, banca, por ejemplo), siguiendo la tendencia marcada por las grandes empresas de la distribución. (de 9 a 22 horas).
- Retribución por objetivos, y competencias.
- Bonus acumulables de formación, para que el trabajador pueda compensar periodos de inactividad, y/o desempleo, con estos ‘créditos’, mediante los que las AA.PP. abonen una beca-salario, durante el periodo acumulado durante su etapa activa. De esta forma alargamos desde un punto de vista positivo y activo la ‘prestación por desempleo’. Y aliviar las cargas familiares, ofreciendo una posibilidad de reciclarse y/o especializarse.

No se trata de subsidiar una clase social inactiva, sino de impulsar su vinculación con el mundo formativo-educativo, y la actividad profesional.
El ciudadano necesita ‘confianza’ en los mercados para invertir, el empresario necesita ‘confianza’ para reinvertir, y ampliar su cuota de mercado, pero el ciudadano, también necesita ‘confianza’ en que ante un imprevisto, o accidente social, no queda apeado en el arcén del mundo laboral, sin alternativa, sin mecánicos, sin grúas, sin teléfono móvil para avisar y buscar ayuda.
Tiene que saber que dispone de unos ‘tempos’, de unos ‘recursos’, de unas ‘reservas’, de una mínima expectativa de reengancharse al mundo activo del trabajo. Poder sacar la cabeza del agua, y coger aire.
Para bien o para mal, el ‘No empleo’ es hoy por hoy, una tragedia en muchos hogares. E incluyo en ellos, a los que perdieron su trabajo y a los que no tuvieron la ocasión de desempeñarlo.
Si tenemos la campana que nos avisa de los últimos 400 metros, sabremos 2 cosas sabidas: primera que ya llevamos algunos cientos o miles recorridos, pero sobretodo, () sabemos exactamente cuantas fuerzas nos quedan, y cuanta distancia nos resta hasta llegar a nuestra meta.
Es de este modo, como la ‘desesperanza’, corroe menos el espíritu y la confianza de l@s trabajadores/as.

Un fuerte abrazo, desde Xàbia.