lunes, 29 de diciembre de 2008

¡Annus Horribilis! ¡Bienvenido 2009!

Esta expresión acuñada por la reina Isabel II de Inglaterra; coincidiendo con el incendio del castillo de Windsor, el escándalo de Lady Di Spencer, y el inicio de la tributación de su fortuna personal al fisco británico, hasta entonces exento de colaborar con la riqueza nacional; vuelve a casa por Navidad.

Parece que el eslogan de la Agencia Tributaria (de los 80’) de ‘hacienda somos todos’, no era compartida por su excelencia, en el caso británico, como parece que tampoco lo es en las pérdidas declaradas o no, y sufridas y no anunciadas por una pequeña multitud de fortunas españolas, a raíz de los escándalos financieros de las últimas semanas provenientes del otro lado del océano.

Papel cuché aparte, las bobinas de rotativos alrededor de la actual situación económica y financiera mundial, abarcan ya varios mercantes. Los gurús hablan del 2010 como del año en que tocará fondo en Europa y se manifestarán los primeros síntomas de recuperación. Ante esto, la hibernación anual del oso, parece la única solución.

Políticas de bonificación o exención fiscal de las hipotecas, quedan en ridículo, ante la de nuevo bajada de los tipos de interés. Eso si, llenaron muchas columnas en los rotativos, vendiendo humo, y trasluciendo la incapacidad de prever el futuro, tan denostado por ellos, respecto del gobierno de la nación. (véase sino, la LEY 16/2008, de 22 de diciembre, de Medidas Fiscales, de Gestión Administrativa y Financiera, y de Organización de la Generalitat Valenciana , DOCV del 29 de diciembre, por ejemplo).

La retahíla de ampliaciones de capital, para enmascarar la ‘quiebra técnica’ de la Sociedad Pública Autonómica de Parques y Proyectos Temáticos, Terra Mítica, Ciudad de la Luz, Circuït Ricardo Tormo, Ciegsa, CACSA-Ciudad de las Artes, Hemisfèric y Oceanogràfic-, RTVV-Canal 9 y Radio 9-, etc… se hacen más difíciles de esconder en épocas de vacas flacas, cuando las transferencias de capital, vienen obligadas a inversiones finalistas, y no pueden o no deben ser utilizadas para enmascarar más si cabe los agujeros contables y reales.

El paripé entre las diferentes instituciones gobernadas por el Partido Popular en la Comunitat Valenciana, pasándose la pelota de las facturas, de Dipu a Consell, y de Consell a Cacsa, y tiro por que me toca. Más que ingeniería financiera, deberíamos hablar de alquimia financiera … nada por aquí, nada por allá, … y si saca un conejo, nos lo comemos al ajillo. Tanta operación acordeón, y tanta ampliación de capital, convierten en ruinosas hasta las mejores inversiones. No solo de pan y circo puede vivir una comunidad.

El racaneo con las Universidades valencianas, a la hora de dotarlas económicamente, para que puedan desempeñar su papel dinamizador en la sociedad valenciana, investigando, y a portando valor añadido a las empresas valencianas a través de convenios de colaboración y gestión, demuestra una vez más la falta de miras de algunos políticos.

Y cuando en televisión oigo al consultor y Catedrático de Economía Emilio Ontiveros decir que al Estado ya se le está acabando su margen de actuación y que ahora le toca aplicarse a los Gobiernos Autónomos ( los locales, con las Diputaciones al hombro, están al caer), me produce un desasosiego y una inquietud que no es natural. ¿Qué ha demostrado saber hacer el gobierno encabezado por don Paco Camps, además de llorar y quejarse de mil y un agravios, que ni Unión Valenciana en sus mejores tiempos llorosos. –‘qui no plora, no mama’-. Y claro, después de diferir millones y millones de deuda a futuro, y de implicar a las cajas de ahorros valencianas en sus proyectos, ¿qué margen de maniobra les queda? ¿Viajamos a la deriva financiera, con un piloto ciego?

¿Dónde han quedado las inversiones en embalses y pantanos, para laminar las avenidas, y guardar los excedentes temporales de agua, para épocas de sequía? ¿En qué han quedado las múltiples inversiones en vías rápidas con ‘peaje en sombra’? ¿Dónde han quedado el reparto equitativo de las inversiones con dineros públicos por los diferentes territorios’? ¿Qué es de la política en infraestructuras hospitalarias, y ambulatorias? ¿Es todo lo anterior también culpa del gobierno central? O será que alguien no ha hecho los deberes: gobernar para todos, redistribuir entre todos, prever para todos, ahorrar e invertir para beneficio de todos.

Y a quienes permanecen en la oposición desde décadas, ¿Se han dormido? ¿Qué hacen que no se les ve por los cientos de municipios de la comunidad valenciana, denunciando, apoyando, orientando, gestionando, ayudando a los miles de concejales y asociaciones cívicas que necesitan de un hombro para consolarse, y de una mano para apoyarse y poder levantar el brazo contra las injusticias, y para reivindicar la voz de los ciudadanos?

La inercia es la tendencia por la que se desliza el abanico político. Y solo con esta, el péndulo no cambia de ritmo, ni de inclinación. Es la hora de optimizar los recursos, enterrar los pesebres, alimentar las ideas y a las personas que las lleven a buen término.

Tenemos que cambiar la balsa de Lampedusa, por las Carabelas que nos lleven a descubrir nuevos mundos.

Así que para el fin de año, ¡ha muerto el rey! ¡viva el rey!; y al que está a punto de comenzar … la época de las glaciaciones no ha llegado, y l@s ciudadan@s no pueden hibernar y esperar que les aplacen los pagos y recibos pendientes. Cambiar el chip. Redefinir las políticas. Revisar y reorientar las inversiones. Agudizar la imaginación y el ingenio para ser lo más fructíferos y rentables posibles. Apostar por las inversiones productivas. Desarrollar las nuevas tecnologías (TIC’s). Invertir en la sostenibilidad del medio y del entorno. Oxigenar las economías domésticas. Auxiliar a las personas más desfavorecidas. …

¡Bienvenido 2009!