jueves, 25 de septiembre de 2008

Cartas a Pepe Blanco: "El despilfarro de Gallardón como modelo para Rajoy"

(insertat en:https://www.blogger.com/comment.g?blogID=34392934&postID=2709324156076913218&page=1) Me preocupa que cada ciudadan@ madrileñ@ esté endeudado (de parte del Gobierno Municipal) en unos 2.165 euros. Desconozco en cuantos más estará de parte de su Gobierno Regional.

De la información wiki, se desprende que la población de la capital del Estado, son aproximadamente, unos 3.232.000 habitantes; y el total de la Comunidad de Madrid, unos 6.000.000 habitantes.

¿Cuál es el presupuesto de la capital del Estado, y cual el de la Comunidad de Madrid?
¿Cuánto dinero reciben cada una del Estado? ¿Cuál es el montante promedio anual de inversiones del Estado en esta Comunidad Autónoma?.

¿Cómo contabilizan los beneficios de inversión pública en infraestructuras aeroportuarias, ferrocarril, carreteras, etc… que el Estado –es decir, tod@s l@s españolit@s- realizan y han realizado en esta Comunidad?

Les recuerdo a tod@s que el “Arco Mediterráneo” tanto en carreteras, como ferrocarriles, como puertos y aeropuertos, engloba a mucha más población, y muchas más comunidades autónomas, que cualquiera de los ejes que atraviesan la capital de España. Y sin embargo, recibe infinitas menos ayudas y apoyo económico que los Ave’s, Autovías, T-4, etc…

Ya está bien de mirarse el ombligo. A ver si el síndrome de los nacionalistas también se va a convertir en pandemia en Madrid.

Reivindiquemos el eje cantábrico, el eje mediterráneo, y los ejes transversales para enlazar todas las comunidades. Dejemos de lado los sistemas radiales, y prestemos más atención a las autopistas: las de la información, las del mar, las del aire, las de hierro (caminos de hierro), las de asfalto, las del conocimiento, las de la innovación, las de la cooperación, …

Vertebrar un país, es creer en él. Es construir y mejorar el transporte público de corta distancia (el que nos acerca día a día a nuestros trabajos), es sentirnos más cerca de nuestros vecinos (los del pueblo vecino, y los del país vecino), es poder disfrutar de más tiempo con los nuestros, es forjar nuestros sueños y el de nuestr@s hij@s.

Saludos desde el País Valenciano

Cartas a Pepe Blanco: "65 horas ¿dumping social?"

Hay que separar dos situaciones bien diferentes:

De un lado el debate de la necesidad de mejora de la productividad (cantidad y/o calidad de trabajo); y de otro la idoneidad de estructurar el tiempo de trabajo.

La mejora de la productividad, puede venir por un cambio en la mentalidad de las empresas, mejorando los métodos, y las condiciones de trabajo.

La organización del tiempo de trabajo, en una sociedad avanzada, debe ser mucho más racional, y motivada. El equilibrio entre la vida personal y la vida laboral (trabajar para vivir, o vivir para trabajar) es un discurso ya más que asentado en la sociedad europea.

A modo de ejemplo, un compañero, de ello ya hace algún que otro año, visitó a raíz de la absorción de su empresa por una multinacional alimentaria italiana, las factorías de ésta en origen, y comprobó que por un lado, terminaban más temprano su trabajo, pero hacían exactamente las mismas horas que en España; la productividad de aquellos, no era superior a la de España; las condiciones económicas sí eran superiores a las de España.

No existe un estándar para todos los países. Existen diversidad de organizaciones y estructuras de los plannings de trabajo. La mejor es la que mejor se adapte a las necesidades de las dos partes (empresa y empleados). De nada sirve lo que solo es bueno para una de las partes, porque con el tiempo sólo genera mayor malestar y conflictividad social.

No podemos estar por un lado pidiendo incremento de la natalidad, y al mismo tiempo, quejarnos de la educación de nuestros hijos, y lamentar la delincuencia juvenil, o infantil.

La enseñanza corresponde a los centros educativos, la educación a los padres, y el etéreo concepto de familia, a las agrupaciones de padres e hij@s. Todos tenemos nuestras responsabilidades. También los empresarios, y políticos, sean del color que sean, son, han sido, o puede que sean, padres y madres, e hijos e hijas.

Lo dicho: trabajar para vivir, o vivir para trabajar.