miércoles, 22 de julio de 2009

Cartas a Jordi: “Solo, o en compañía de otros.”

(insertat en http://blog.jordisevilla.org/2009-07-22/solo-o-en-compania-de-otros/) Potenciación positiva.
Hace algunos lustros, recuerdo un comentario que hacía referencia al precio de la matrícula universitaria, y planteaba que era barata, porque solo algunos pueden acceder a la Universidad, y el alumno que sí lo hace (un 5 % de la población), no llega a cubrir con su matrícula, ni el 10 % del gasto que genera; mientras que el resto de contribuyentes que soportan los costes de esta Universidad, jamás harán uso de sus servicios.
Aunque no sea popular hablar de estas cosas, de cara al próximo curso académico, no estaría de más ahondar en esta idea y combinarla con otras medidas positivas en este campo.
El trabajo de un empleado es rendir en el trabajo a cambio de una retribución (mejor o peor pagada), y el trabajo de un estudiante, es rendir en los estudios (con mejores o poco mejores notas).
¿Es justo que se premie igual al que saca aprobados pelados, que al que con su esfuerzo y tenacidad consiga mejores notas?
¿Es justo que por problemas económicos y/o sociales un estudiante tenga que dejar sus estudios, o compatibilizarlos con algún trabajo en precario, para seguir sus estudios?
¿Es justo que por vivir fuera de las capitales donde existen Universidades, el coste que tengan que asumir las familias por los estudios de sus hij@s, tengan un sobre-coste considerable? (desplazamientos, alquileres, comer fuera de casa,…).
¿Es justo que al/la joven que por ser padre/madre a edad temprana, se la condene de por vida a no levantar cabeza, y a no poder mejorar en su vida?
La sociedad es responsable de crear unas condiciones objetivas, que permitan la autorrealización de las personas. Y estas condiciones tienen un coste económico.
De igual modo, podríamos hablar de la ‘asistencia sanitaria universal’, o del acceso a las nuevas tecnologías y a la cultura y a la educación a través de centros públicos.
Del fraude de los conciertos económicos (sanitarios, educativos, dependencia,…), ni hablamos. Son el reconocimiento de una incapacidad manifiesta o de un chantaje.( o peor, de un negocio cerrado).
Y en este ‘contrato social’ entre l@s ciudadn@s y el Estado, deben quedar claras las condiciones, cláusulas y obligaciones de cada una de las partes.
¿Cómo puede repercutir en la sociedad el esfuerzo soportado por esta para que el ciudadano se forme y pase a ser un ser productivo, y solidario?
Cuando trabaja cotiza para pagar las pensiones, tributa con sus impuestos, cotiza para recibir prestaciones, … Pero: ¿Es justa su aportación al Estado social?¿Es suficiente? ¿Es equitativa con su riqueza?.
Porque al final todo se reduce a pagar y a cobrar. Estar al corriente de sus deudas, y de los pagos. Y a percibir un salario o contraprestación económica justa y acorde con la labor desempeñada.
¿Verdad que la gente entendería que un artista becado, regalase algunas de las piezas de su colección al Estado? ¿Y que un maestro o profesor, desarrollara altruistamente su trabajo entre colectivos que precisen de sus conocimientos y ayuda? ¿Y que un estudiante desarrollara voluntariado medio-ambiental o social, durante sus vacaciones? ¿Y que un empresario destinara una parte de sus beneficios a fines sociales? ¿Y que los ancianos cuidasen de los jardines de sus barrios?
Ojalá.